Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

martes, 14 de abril de 2009

Es difícil para la gente,acostumbrada a que las cosas sean como son, incluso si están mal,cambiar.. se dan por vencidos y entonces se sienten como perdidos.. y cuando se rinden, todos pierden

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