Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

lunes, 6 de julio de 2009

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<No me des la espalda,
no te entregues al dolor,
no intentes ocultarte..
Aunque esten gritando tu nombre
No cierres los ojos.
No apagues la luz,
nunca duermas, nunca mueras>

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