Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

sábado, 22 de agosto de 2009

Palabras que de pronto
resuenan en mi cuarto,
despertando mis sentidos,
pues hablan con tu voz,
pero me doy cuenta,
es mi mente que delira,
pues sigo estando sola,
en esta habitación
mente loca y obsesiva,
que solo piensa en vos.

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