Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

domingo, 6 de septiembre de 2009


. . .Porque de hoy guardaré el recuerdo que me enseñe a construir el mañana, desecharé los momentos que no se detienen, que pasan en mi sin quedarse en mi, que provocan que pregunte si hay vida después de morir, que me impiden buscar la vida en la vida, hacer un sueño continuo antes de no poder continuar, permanecer solo lo imprescindible en lo inevitable para saber evitarlo, para aprender a pintarle una esperanza incluso a la desdicha, porque lo más bello es seguir teniendo la posibilidad de buscar la belleza, esa que habita hasta en el gesto de un suspiro amordazado, en la melancolía de una duda.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario