Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

domingo, 17 de enero de 2010

No te aferres al pasado
ni a los recuerdos tristes.
No abras la herida que ya cicatrizó.
No revivas los dolores y
sufrimientos antiguos.
Lo que pasó, pasó...
De ahora en adelante,

pon tus fuerzas en construir
una vida nueva,
orientada hacia lo alto,
y camina de frente, sin mirar atrás.
Haz como el sol

que nace cada día,
sin pensar en la noche que pasó.
Vamos, levántate...

porque la luz del sol está afuera!

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