Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

lunes, 19 de julio de 2010

No hay imposibles si el amor
Enciende por dentro el corazon
No sirve callarnos si al final
Nos vale intentarlo una vez mas
No hay imposibles si esta vez
Tomamos la vida a flor de piel
No sirve rendirnos sin luchar
Si el alma desnuda pide amar