Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

martes, 27 de julio de 2010

Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla. Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo. Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás... construyendo y proyectando lo que tiene por delante.
Crece cuando se supera, se valora, y da frutos. Cuando abre camino dejando huellas, asimilando experiencias...
¡Y siembra raíces!

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