Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

viernes, 27 de agosto de 2010

Eres mis puntos suspensivos
Eres mi agua en el desierto. 
Eres mi bala en la recámara.
Eres lo que hay en algún lugar sobre el arco iris.
Eres mi carretera marcada en el mapa.

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