Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

martes, 5 de octubre de 2010

El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado, a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado,a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado, y a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.

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