Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

miércoles, 12 de enero de 2011

Aunque no lo creas vos me enseñaste que amar es más que amor, que querer lastima y hace feliz también. Que abrazar a alguien es más que rodearlo con lo brazos y que besar es más que una caricia de labios.
Me enseñaste que todo por algo se da, que para valorar aveces hay que caer mil veces y que los peores ciegos son los que no quieren ver. Me enseñaste que la sinceridad no puede faltarnos nunca, porque duele si no.
Y que al final cada lágrima es una experiencia.

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