Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

viernes, 4 de febrero de 2011

Duele más tu silencio que una palabra una palabra tuya reconfortaría mi alma pero ahora tu silencio es la condena de mi alma…Tal vez la respuesta que busco está en tu silencio y sobran las palabras pero no logro entender, busco y busco en tu silencio y no encuentro lo que quiero, lo único que encuentro es un vacío en mi corazón…
Con paciencia y dolor he soportado tu condena, porque a todo condenado se le concede un último deseo y el mío es escuchar de tus labios una palabra, una frase que llene mi corazón nuevamente...

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