Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

miércoles, 8 de febrero de 2012


"Si de veras quieres ayudarme: 
no camines por mí, déjame caminar por mi camino; 
no hables por mí, déjame hablar y escúchame; 
no llores por mí, déjame llorar y acompáñame; 
no decidas por mí, déjame elegir y respeta mis decisiones; 
no te arrojes al agua por mí, déjame que aprenda a nadar; 
no me impongas tu experiencia, déjame hacer la mía; 
no aciertes por mí, déjame aprender equivocándome; 
porque yo crezco más con mis errores que con tus aciertos..."

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