Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

jueves, 13 de agosto de 2009


El silencio nos unió cuando todo era silencio, cuando pensabas que nunca seria siempre, cuando el dolor se instalo en la sangre y aniquilo los motivos, nos encontramos en el sendero de la ausencia y de la mano fuimos llegando al consuelo, hasta empezarnos de nuevo y volver a ser presentes, hasta que del sufrimiento germino un inicio de esperanza, éramos almas perdidas vagando por el olvido.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario