Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

sábado, 15 de agosto de 2009

- Es imposible que nos perdamos
el uno al otro. Recorreré los astros
durante milenios,
adoptaré todas las formas, todos los lenguajes de la vida,
para volver a encontrarte una sola vez.

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