Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

domingo, 13 de septiembre de 2009

Aprecio mas que nada mi vida interior, mi exquisito mundo privado, aquel que, aunque quisiera, no podría explicar.
Es tan fructífero, es de tantos colores y tiene tantísimos matices que no se podría entender la dimensión ni la importancia que yace en el. Quisiera explicarlo. Quisiera que mi ocio tuviera sentido para la sociedad, y sin embargo, soy condenada. Sé que ahora no entienden, pero ya van a entender.

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