Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

jueves, 10 de septiembre de 2009

Y cuando sientas que eres nadie, y te
haz convertido en nada, el
silencio se convierte en tu única voz,
tus ojos ya no ven a nadie y tu vida
cobra el interesante sentido de
querer volver a "ser alguien"..

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