Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

lunes, 12 de octubre de 2009

Tan sensual y suave como la locura, llegas en una noche un poco oscura iluminada con velas ya casi apagadas. Con tus pies desnudos tocas mi sangre, aquel líquido espeso que sale de mis manos rasgadas manchando gran parte de mi habitación. Tengo los ojos ya casi cerrados mientras la respiración se me agota y escucho un tenue susurro que corresponde a mis llantos y con un suspiro cortado me despido de esta vida que me habia tocado para entregarme fielmente a tus brazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario