Becquer

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino; ella, por otro; pero, al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

domingo, 20 de junio de 2010

¿Quién te colgará cuando llames?¿Quién le prestará atención a tus sueños?¿Quién se tapará los oídos cuando tu grites?¿Quién te abrazará cuando lo desees?